Si como a mí, os da pereza pelar una manzana, pero no preparos un bocadillo de nocilla… No os preocupéis más por vuestra alimentación. Tenemos solución y no es nada del otro mundo. Las madres lo inventaron cuando mezclaron los petit-suisse con la fruta que no nos comíamos de pequeños.
A esto ahora se le llama “smoothie”. O, sin tantos adornos, un batido de frutas con zumos, yogures y/o leche, galletas, miel y todo lo que pueda estar rico rico. Y así, sin ni hacer esfuerzo por masticar, tendremos un desayuno completo para empezar bien el día con todas las vitaminas del mundo mundial.
Existen recetas para todos los gustos. Yo no sigo ninguna e improviso con lo que tengo en la nevera. Si os animáis, a la hora de hacer la compra incluid en la lista: dátiles, arándanos y leche de almendras, que siempre dan buen resultado. Como base podemos usar manzana, pera y/o plátano. La naranja, el kiwi o los arándanos dan más sabor y pueden combinarse muy bien con las frutas base. Si usamos cítricos es mejor usar yogur y descartar la leche porque puede hacer grumos.
De los que he hecho, el que para mí es el batido perfecto para desayunar, es el más sencillo y menos exótico. Muy suave y dulce para despertarse poco a poco. Os dejo la receta por si queréis probarlo:
- Media manzana
- Media pera
- 4-5 arándanos
- Un yogur natural azucarado
- 3 galletas maría con fibra
Con estas cantidades da para preparar un vaso de batido. Lo ideal es que guardéis la fruta en el frigorífico para tomarlo fresquito. Bastará con batir bien los ingredientes y tomarlo inmediatamente. Como no es posible conservar un smoothie para tomarlo en otro momento, si queréis organizaros varios batidos para la semana os recomiendo seleccionar los ingredientes y guardarlos en bolsas de congelar para cada día. De esta manera no tardaréis nada en haceros el desayuno e incluso podéis congelarlo que, por ejemplo, en verano se agradece y la fruta dura más.
¿Apetece?
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