Adoro ir de camping. Olvidarte de lo prescindible y vivir sencillamente. Olvidarte de la ciudad y de las prisas y pararte a respirar hondo. Y es en esos momentos de absoluta armonía donde la naturaleza y la escasez de recursos te ponen a prueba y aflora un tú a tú en el que aparece MacGyver como un Pepito Grillo y te obliga a no desistir ante la tempestad.
“¡¿Pero por qué no funciona el hornillo?! A ver, tengo un chicle, un tenedor y una pinza del pelo. Algo se podrá hacer”.